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LA CADENA DE FRÍO: SIN CORTES EN LA RUTA
¿Se han preguntado alguna vez si la fecha de vencimiento del producto que compraron en el supermercado es real? ¿O si el medicamento que necesitamos estuvo a una temperatura edacuada durante su trasporte? Simplemente confiamos en que se nos está dando información verdadera. Sin embargo, la respuesta se relaciona con si se respetó o no la famosa “cadena de frío”. En caso contrario, mejor crucemos los dedos para que ese producto no nos enferme a nosotros o a nuestra familia.
Pero, ¿Qué significa el que se respete esta cadena? Significa que ese alimento o medicamento – en el caso de la vacuna contra el Covid 19, por ejemplo – durante todo su proceso de elaboración, transporte y almacenamiento, mantuvieron siempre una temperatura inferior a la máxima permitida, la que, de ser sobrepasada, el alimento acelera su proceso de descomposición o el medicamento empieza a perder ciertas propiedades y disminuye su efectividad.
Lamentablemente no siempre es posible, como consumidor, detectar que se rompió la cadena de frío. Por ejemplo, un producto congelado que adquirimos pudo haberse descongelado completamente en algún momento del viaje y vuelto a congelar después y no lo notaremos hasta el día que lo consumamos, ya sea por su textura, sabor o, en algunos casos, su aroma. Incluso, en algunos productos es muy difícil notarlo, lo que es aún más peligroso pues en el producto se pudieron haber activado microorganismos como bacterias u hongos durante el momento en que no estaba a la temperatura correcta, los que ingeriremos posteriormente, con riesgos para nuestra salud.
En otros casos, como en el de verduras o frutas, si no mantuvieron la temperatura adecuada durante el almacenamiento y transporte, el tiempo que pase entre que los adquirimos y empiece el proceso de maduración será más breve, acortando su vida útil.
La buena noticia, para nosotros como consumidores, es que gracias a las nuevas tecnologías y a la profesionalización del transporte, no es necesario cruzar los dedos cada vez que nos vacunamos o adquirimos alimentos frescos y congelados, pues existe una serie de mecanismos de control que evitan los errores humanos y limitan malas prácticas en la manipulación de estos productos.
En los camiones modernos, los dispositivos de control y generación de frío poseen computadores con los que es posible conectarse y no sólo saber la temperatura de la zona de carga, sino además los parámetros a los que está programado, si está encendido o no, si le queda combustible o batería e incluso saber si presenta algún problema o falla.
En otros casos, como en los de transporte de alimento para casinos de grandes empresas, estas exigen que minutos antes de la llegada del camión, el proveedor tecnológico les mande el registro completo de las temperaturas durante todo el viaje, de manera tal de que, si se detectó un problema, el camión es rechazado antes de la descarga.
Es así como, en estas fiestas cuando descongele el pavo y saque, del refrigerador, las verduras para la cena navideña familiar, lo más probable es que no se enferme ni contagie, pues el fabricante, transportista, local de venta y de vacunación respetaron la cadena de frío.
Rodrigo Serano, vicepresidente corporativo de Desarrollo e Innovación en Wisetrack Corp