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28 mayo, 2020
Estabilización de la cadena post Covid-19
Reactivar la oferta y la demanda llevará tiempo. De ahí la importancia de contar con una alta capacidad de reacción y adaptación, y no perder de vista las necesidades y problemas de clientes, colaboradores y proveedores.
Como consecuencia del impacto que el Covid-19 ha tenido en todo el mundo, las cadenas de suministro de las organizaciones se enfrentan actualmente a retos importantes como la reducción dramática del consumo y de la producción, los retrasos en los tiempos de entrega de insumos debido la intermitencia del transporte aéreo y terrestre, así como a la búsqueda de fuentes alternas de abasto.
En lo que va del 2020, se han podido observar variables significativas en la oferta y la demanda de todo tipo de productos. Tan sólo en China, por ejemplo, los artículos de primera necesidad reportaron avances significativos, con el comercio electrónico creciendo en 60%; en tanto, la distribución se redujo 18% al haber menor disponibilidad de vehículos de carga debido a que más de 50% de los transportistas no estaban operando.
En Inglaterra, el consumo de bebidas creció un 8%, mientras que en Estados Unidos las empresas de tecnología y electrónica sufrieron el desabasto de semiconductores y procesadores. México, por su parte, sufrió la caída de las exportaciones de China 16%, lo que afectó al sector automotriz y eléctrico. Asimismo, ese país asiático redujo las importaciones de acero mexicano en 8.4% respecto a enero de 2019.
Lo anterior habla de cómo las empresas de todos los sectores económicos han sufrido las afectaciones no solo debido a la escasez o falta de disponibilidad de materias primas, sino también por factores humanos derivados de la cuarentena.
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Por ello, las organizaciones han tenido que responder de forma ágil y rápida a tales desafíos y al mismo tiempo mostrar su flexibilidad y su nueva visión respecto al abastecimiento y precios, el desarrollo y la producción, el almacenamiento y la distribución, además de cumplir con los pedidos de la denominada última milla y los puntos de venta.
Asimismo, están dimensionando el impacto real que la pandemia ha tenido en su negocio y sus asociados, como proveedores, distribuidores, transportistas y retailers. Si bien están encarando un periodo de incertidumbre que les tomó por sorpresa, hoy más que nunca reconocen la importancia de prepararse y enfocarse en mantener la continuidad de su negocio y buscar la estabilización de sus cadenas de suministro.
Los pasos a seguir
¿Cómo pueden las organizaciones de todas las industrias superar la crisis que enfrentan sus cadenas de suministro y, al mismo tiempo, atenuar lo más posible el impacto negativo? ¿Qué estrategias pueden aplicar para garantizar la continuidad del negocio en medio de la crisis, optimizar los recursos operativos, reducir las afectaciones económicas y garantizar la disponibilidad de productos y servicios?
A fin de responder a estas y otras interrogantes, se han estructurado una serie de acciones en cuatro pasos específicos.
El primero de ellos contempla cinco rubros específicos a los que las organizaciones están prestando especial atención:
- Identificación de la demanda en tiempos de crisis. Definición de modelos predictivos de la demanda con históricos y analíticos, así como la identificación de caídas o picos de productos.
- Visibilidad de la cadena de suministro. Para conocer los niveles de stock actuales y futuros (a tres meses), la capacidad de respuesta de proveedores y hacer un análisis de los costos.
- Definición de estrategias de inventario. Una vez que se conocen los niveles de stock en los centros de distribución por categoría y cliente, se establecen nuevos esquemas de precios y se utilizan analíticos para la distribución del almacenamiento.
- Proyección financiera y plan de ajuste. Se generan y simulan escenarios con el apoyo de soluciones analíticas, se calcula el nuevo estado de ganancias y pérdidas (P&L), y se hacen los ajustes requeridos a los planes de producción y compras.
- Implementación de ajustes operativos. Plan de comunicación para dar a conocer los nuevos cambios operativos, y se establece la parametrización en los planes de producción y distribución.
Una vez realizado lo anterior, las empresas pueden desarrollar una estrategia de información para mantener un flujo continuo de comunicaciones, en el que se asignará a un vocero oficial quien estará a cargo de comunicar todos los eventos dentro de la cadena de suministro; también se utilizan las herramientas de colaboración idóneas para lograr tal objetivo.
Un tercer paso implica establecer un centro de emergencias de la cadena de suministro: ahí se centralizará toda la información y desde él se coordinará el uso de recursos externos para garantizar la operación (proveedores); se implementan también herramientas de trazabilidad para asegurar la visibilidad en tiempo real del supply chain.
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Por último, pero no por eso menos importante, las empresas deben garantizar condiciones de trabajo sanas mediante la definición de normas sanitarias para que la operación se desarrolle con normalidad, además de limitar el impacto en la productividad en general.
No hay que olvidar que se trata de acciones continuas y que pueden adaptarse o tener variaciones en cada país y de acuerdo a la etapa en que se encuentre el ciclo de vida de Covid-19.
Lo cierto es que sus beneficios son palpables en el corto plazo, entre los que se incluye predecir con mayor precisión la demanda en tiempos de crisis, adaptar la administración de la cadena de suministro a la nueva demanda, y limitar las repercusiones económicas, al tiempo de enfatizar su el foco en productos prioritarios.
Director de Supply Chain de Minsait en México