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LOS DESAFÍOS PARA EL COMERCIO ELECTRÓNICO CON LA NUEVA REGULACIÓN A LA VENTA DE MEDICAMENTOS
La normativa que amplía las facultades de Cenabast y regula la venta electrónica de estos productos de primera necesidad, abre nuevas perspectivas para el e-commerce y hace prever un aumento en la demanda. En este escenario, la llegada de nuevos competidores y los tiempos de entrega, son dos focos en que el sector pone atención.
Hasta en un 70% se reducirán los precios de los medicamentos con la nueva normativa que amplía las facultades de Cenabast, tras su entrada en vigencia el próximo 6 de abril. Con esta iniciativa, las farmacias podrán adquirir medicamentos a menor costo a través del sistema de compra que realiza la entidad estatal, que, a su vez, también tendrá la función de establecer límites de precios de venta.
Los nuevos lineamientos, se traducen además en un paso importante para el sector e-commerce, pues autoriza la venta electrónica de medicamentos y sienta las bases para este tipo de comercio, así como también para la existencia de farmacias virtuales. Entre ellos, se autoriza la venta mediante la presentación de recetas digitalizadas, y se elimina la obligación de contar con un espacio físico además del canal digital, lo que permite la existencia de plataformas que realicen su actividad exclusivamente por este medio.
Frente a este marco, el sector ligado a las ventas no presenciales y, específicamente quienes ya se dedican a la venta online de medicamentos prevén un aumento significativo de la demanda, lo que supone una modificación del escenario actual. “Esperamos más competencia en este mercado.
Nos estamos preparando para estos cambios con reestructuraciones en el equipo y mejorando la tecnología. Esperamos tener los precios más competitivos del mercado para cerca de 200 medicamentos y este beneficio queremos traspasarlo al cliente final. Las ventas debieran subir de forma exponencial una vez que se implemente esta nueva ley”, comenta Andrés Pérez, cofundador y gerente general de Farmex, farmacia online creada en 2018, con la idea de poder prestar un servicio que puede ser de especial utilidad para enfermos crónicos o quienes tienen dificultades para retirar productos en tienda.
Actualmente, la compañía cuenta con más de 7.200 clientes a nivel nacional, y el crecimiento ha sido continuo, sobre todo después del estallido social del 18 de octubre, en que las ventas subieron a casi el doble. Ante un incremento aún más significativo en la demanda, Pérez considera que una arista importante para abordarla con éxito está relacionada a la entrega. “La logística es un desafío relevante, dado que los medicamentos son productos de primera necesidad y el usuario generalmente exige un nivel de servicio más alto que para otro tipo de productos. Actualmente estamos ofreciendo solo la opción de entrega en 24 horas para Santiago y 48 para el resto de Chile.
Estamos evaluando ofrecer despachos en 60 minutos para el segundo semestre del 2020”, adelanta.
Este desafío también ya es percibido con fuerza en los actores ligados a los servicios de última milla. “Ante la entrada en vigencia de la nueva ley, es fundamental tener en cuenta las particularidades de vender en línea productos de primera necesidad como medicamentos. Al margen de las regulaciones propias de su comercialización (que ya son bastante estrictas y un desafío en sí mismas), el despacho constituye un aspecto fundamental para determinar el éxito de esta forma de venta, más que en otros escenarios”, afirma Sebastián Ojeda, gerente general de Beetrack, empresa de tecnología aplicada a la logística de despacho de productos.
Para Ojeda, esta importancia, tiene que ver con la lógica de compra en farmacias. “Estamos hablando de necesidades que muchas veces son urgentes. Esto, aplicado a la lógica del comercio electrónico y específicamente al proceso de despacho, obliga a destinar los esfuerzos hacia la rapidez y eficiencia. Es decir, optimizar rutas y adelantarse a posibles contingencias, como exceso de tráfico, cortes de tránsito, entre otros. En definitiva, una planificación impecable y con buena capacidad de respuesta, ya que cualquier error puede traer consecuencias altamente graves”, puntualizó.
El brote de coronavirus ha provocado una emergencia sanitaria mundial que está afectando gravemente las operaciones comerciales, no solo en China, sino en todo el mundo. Con cualquier tipo de brote de salud generalizado, los importadores y exportadores internacionales lidian con problemas logísticos impredecibles que requieren un enfoque proactivo y preventivo para mantener el negocio funcionando de manera correcta.
Es importante tener en cuenta que cualquier carga procedente de Wuhan, en la provincia de Hubei (el origen del brote) y otras zonas en cuarentena no pueden abandonar la provincia, lo que incluye contenedores de carga completa (FCL) y menos contenedores marítimos compartidos (LCL), así como fletes aéreos. También habrá demoras en la reapertura de las fábricas y una reducción de las exportaciones de China debido la suspensión de actividades laborales en Wuhan.
Lo último en viajes aéreos y marítimos
Se han reducido los viajes desde y hacia China en general. Los controles sanitarios en donde los viajes sí están permitidos han causado retrasos considerables en las principales terminales aéreas y marítimas para asegurar la protección de todos los pasajeros y trabajadores. Mientras el puerto de Wuhan está cerrado, los otros siguen operando. Muchas aerolíneas continúan cancelando varios vuelos desde y hacia China, lo cual ha impactado en la capacidad y tiempos de carga.
Algunas observaciones que debes tener en cuenta para mantener tu cadena de suministro en constante movimiento y a tener un mejor manejo ante los desafíos de envío asociado con las últimas restricciones de viaje y turno de horarios son las siguientes:
• Evaluación de los niveles de inventario: Una evaluación precisa del inventario es necesaria, pero es importante comprender cómo afectarán las restricciones a las importaciones de China a su inventario actual y al movimiento regular de sus servicios. Hay que anticiparse para determinar si la demanda del producto puede cambiar en las próximas semanas y si se necesitará protegerse con un envío acelerado. Establecer un plan es importante ya que la capacidad aérea disminuye debido a los vuelos de pasajeros cancelados y el incremento de la demanda.
• Planificar con anticipación la producción: Hay numerosas variables a considerar al planificar la producción. Trabajar en esto de la mano con un experto en la cadena de suministro lo ayudará a estar preparado y ser proactivo a medida que continúe la incertidumbre sobre el virus.
• ¿Cómo será la producción y ha sostenido alguna conversación con los vendedores y las fábricas?
• ¿Cómo son los inventarios actuales comparados con la proyección de ventas?
• ¿Qué planes se han establecido en caso de que exista escasez de personal en China o que las demandas no se hayan cumplido en una venta específica de tiempo?
• ¿Se ha tenido alguna discusión sobre cómo se abordará la acumulación de trabajo?
• ¿Ha mantenido comunicación abierta y clara con sus clientes en torno a esta situación?
• Opciones de reserva y almacenaje: Mantener el ritmo de trabajo implica un reto cuando hay cualquier tipo de retraso al inicio de la producción y debemos considerar cualquier tipo de apoyo de reserva, pero estos no son siempre fáciles de encontrar y mantener los controles de calidad puede ser complicado. Conectar con un experto en cadena de suministro global para examinar opciones confiables es importante para asegurar el éxito y evitar un impacto negativo en su negocio.
Mientras no conozcamos cuánto va a durar esta emergencia sanitaria global, la red mundial de expertos de C.H. Robinson recomiendan aprovechar la experiencia y conocimiento de proveedores globales de logística y transportación para que los envíos lleguen a donde deben estar, ya que estas compañías continúan vigilando de cerca la situación y facilitando la información a través de asesores locales y especializados para poder cumplir las demandas de los negocios que cuentan con necesidades de transportación y exportación desde China.
*Sri Laxmana
Vicepresidente Global de Operaciones Marítimas,
C.H. Robinson
Por décadas, Coca Cola ha permanecido en el sitial de las marcas más famosas y valoradas del mundo. Sus constantes estrategias innovadoras para sorprender a sus consumidores y atraer nuevos; su imagen marca con sus mensajes asociados; y la valoración que tiene a nivel global, hacen que en marketing se la mencione y estudie como un eterno caso de éxito. Es por eso que cada nueva acción que realice es mirada con atención y también seguida por muchos.
A fines de 2019, Coca Cola anunció la marcha blanca de un nuevo proyecto. Se trata de Insiders Club, un servicio de suscripción mediante el cual los consumidores pagan un aproximado de 10 dólares mensuales a cambio de recibir cada 30 días una caja con productos de la marca, en la que se incluyen bebidas con nuevos sabores para probar antes de que salgan al mercado. El proyecto fue lanzado en Estados Unidos para un número acotado de mil clientes. De ser exitosa, la iniciativa se expandiría a otros países y arribaría también a Latinoamérica.
Que una compañía de la magnitud y masividad de consumidores como Coca Cola tenga la inquietud de aproximarse a un modelo de ventas por suscripción, inevitablemente pone sobre la mesa la posibilidad de estar frente a una tendencia en definitivo ascenso.
Hoy, las marcas apuntan a desarrollar una nueva forma de relación con sus clientes, mucho más presente, de tú a tú, atenta, fiel y que busca forjar relaciones de largo plazo. En este escenario, la oferta de suscripciones ha adquirido un rol cada vez más protagónico, al punto de transformarse en un concepto un tanto ideal. La delantera, en esta dirección, la tienen los servicios. Hasta enero pasado, Netflix acumulaba 167,1 millones de suscriptores alrededor del mundo, mientras que Spotify anunció a inicios de febrero haber alcanzado los 124 millones de abonados.
Cifras como estas son altamente atractivas para el mundo de los tangibles, que han visto en este modelo una oportunidad de adoptar un rol mucho más activo en el proceso de compra. Hay compañías que han aprovechado este impulso y han ideado modelos de suscripción para distintos productos que tienen como característica común la necesidad de ser adquiridos con cierta periodicidad, casi como una vuelta de tuerca lógica para simplificar la compra y hacer más amigable la experiencia de consumo.
Un ejemplo es Hubble, una empresa estadounidense de lentes de contacto, en el que cada usuario paga 30 dólares al mes para recibir una caja con 60 lentes; o bien, Lola, un servicio que ofrece productos de higiene femenina, en el que cada clienta puede elegir qué productos incluir en la caja y con qué periodicidad. Dentro de esta división, también hay suscripciones en farmacias para pacientes que deben recurrir a un mismo medicamento de forma constante; y de alimentos para mascotas, por solo nombrar algunos.
Pero existe también otra línea, que apunta a ofrecer experiencias de valor agregado a los consumidores. No se trata de vender productos que ellos necesariamente deban adquirir, sino más bien de crear un vínculo en que él pueda acceder a una especie de círculo de clientes especiales de una determinada marca, con acceso a ofertas exclusivas, novedades y trato personalizado. A esto apunta Coca Cola con su reciente iniciativa, y también otras grandes marcas como KFC, que el año pasado ofreció en Estados Unidos lo que denominó Seasoned Tickets. Esta promoción ofreció a 500 personas contratar un servicio de pollo frito, que entregaba una orden semanal por el período que durara la temporada de fútbol americano.
Este objetivo también ha sido recibido con entusiasmo en otras industrias, como la de la moda. En los últimos dos años han proliferado iniciativas que ofrecen cajas de ropa, accesorios y otros artículos, como maquillaje, por suscripción. Incluso Walmart anunció el primer semestre de 2019, el lanzamiento de Kidbox, un servicio que abastece de ropa infantil a padres, a cambio de una tarifa fija mensual.
Entonces, ¿será realmente este el futuro del consumo? Muchos aseguran que sí, y razones hay para creerlo. El arribo de grandes marcas, como Coca Cola, es una de ellas. Otra es el cambio en la cultura del consumo: frente a la inmensa oferta de productos y servicios con calidades similares, se vuelve tarea fundamental de cada marca ofrecer a sus clientes algo que los haga no solo preferirlos, sino también volverse imprescindibles. En este escenario, características como la simplicidad, automatización, expectación y originalidad pueden ser clave para lograr aquella valoración.
Los esfuerzos hasta la fecha han sido cautelosos y más cercanos a la marcha blanca que a propuestas consolidadas. Y esto también puede ser una buena señal, pues se trata de iniciativas que están preparando terreno con miras a largo plazo, pero con paciencia. Porque, a pesar de sus similitudes en la lógica de negocio, ofrecer bienes de consumo por suscripción involucra complejidades que servicios como Netflix o Spotify no contemplan. La cadena de suministro es más larga, pues debe considerar otro actor fundamental: la última milla.
Al igual como ocurre con las proyecciones sobre la consolidación definitiva del e-commerce como canal de compra masiva, los servicios relacionados al despacho de los productos tienen un rol de suma importancia, capaz de determinar el éxito o fracaso de una iniciativa.
Si bien estos servicios ya no son ajenos a las grandes marcas, pues un porcentaje importante de ellas cuenta con canales de venta online, incorporar a este sistema el flujo de despachos que requiere un modelo de ventas por suscripción, supone un desafío distinto y nuevo. Son otras las periodicidades y las exigencias, en las que incluso la estética juega un rol mucho más importante que en una entrega normal.
Desde esta perspectiva, lo que está ocurriendo también es interesante como desafío para los actores ligados a la última milla. Es importante entonces que, mientras el interés de distintos sectores por acoplarse a un nuevo tipo de trato con sus clientes crece con moderación, la última milla apure el paso para estar listo para enfrentar una potencial demanda más masiva.
Por Sebastián Ojeda, CEO de Beetrack
Desde hace un tiempo algunas empresas han incluido la sustentabilidad dentro de su agenda, siendo la reducción de CO₂ una de las principales fórmulas en cumplir este objetivo. A pesar de los avances, aún faltan industrias por sumarse a esta iniciativa verde, para de esa forma producir sin ocasionar un impacto negativo al medio ambiente.
Como una empresa líder en logística, almacenamiento y transporte, somos conscientes de que este último ítem es responsable por el 14% de la huella de carbono actual a nivel mundial, por lo que, si las compañías quieren continuar haciendo negocios en el futuro, tienen que comenzar con los cambios ahora.
Las regulaciones políticas en materia de medio ambiente apuntan a que la industria del transporte haga un trabajo más “eco friendly”, por lo que las compañías que no se comiencen a preparar para los cambios en las leyes tendrán mucho que hacer más tarde, pero en un corto periodo de tiempo.
En este sentido, la tecnología es un gran aliado, ya que puede ayudar a planear los servicios de logística –marítima, aérea o terrestre- de una mejor manera, que optimice el trabajo a través de soluciones digitales. Por ejemplo, determinar cuál es la ruta de entrega más sustentable, a través de los datos y la digitalización puede significar una reducción importante en las emisiones de CO₂.
Si nos fijamos en el caso de Chile, una de las industrias más importantes es la minería, negocio que tiene la característica de que todos los recursos extraídos deben ser transportados a otra locación para ser refinados y entregar el producto final.
Un ejemplo de lo que este rubro podría hacer para disminuir su impacto en la huella de carbono, es optimizar la logística nacional y el enrutamiento. Además, para envíos internacionales, la idea es hacerlo a través de Ocean Freight, porque es ideal para movimiento de productos pesados y contamina menos que un avión.
En DHL somos conscientes de que no podemos decirle a un cliente como realizar sus procesos de producción, pero si estamos al tanto de que la tendencia a nivel mundial va en dirección de que las industrias sean 100% verde, desde la producción hasta su traslado.
Una de las medidas que nosotros hemos tomado mirando hacia ese futuro, es nuestra meta de reducir a 0 nuestro aporte a la huella de carbono para el año 2050, la que tiene como objetivo intermedio una disminución del CO₂ del 50% al 2025. Esto va de la mano con nuestro propósito de conectar personas y mejorar sus vidas, ya que la sostenibilidad es una parte integral de nuestra estrategia corporativa y, por lo tanto, está integrada en todas nuestras actividades empresariales.
Sin embargo, entendemos que esto no es todo ya que existen un factor fundamental en este cadena, el humano. La capacitación de las personas en materia sustentable, sin importar el sector de la industria al que pertenezca, es relevante para cumplir los objetivos trazados. Por ejemplo, como compañía a 2025 pretendemos entrenar al 80% de nuestros colaboradores para convertirlos en especialistas certificados en sustentabildad.
Durante los últimos años la sustentabilidad se había enfocado solo en el tipo de energía que se usa para producir, pero ahora también se lo hace en el tipo de transporte para realizar los diferentes envíos y traslados. La conectividad alrededor del mundo crece cada día, por lo que el transporte es algo que se necesitará cada vez más para conectar a quienes lo soliciten.
En Chile, la conciencia en esta materia ha mejorado, porque las empresas entienden que la principal matriz de producción en el país tiene que ver con materias primas, las que en su extracción son altamente contaminantes. Como empresa, creemos que esto es algo que irá de menos a más, ya que no es una moda, sino una tendencia que se convertirá en norma con el tiempo.
Desde hace años que las diferentes industrias querían la solución, pero no querían pagar por ella. Hoy cada vez más sectores van entendiendo que si no tienen métodos para reducir su huella de carbono, no estarán presentes en el futuro dentro del negocio.
La transición continúa, ya que todo es parte de un proceso, es clave para tener una buena relación con el cliente y ayudarlo a dar pasos a ser 100% verdes, porque eso es lo que están pidiendo los gobiernos, clientes y trabajadores.
Sandra Karlsen, Head of GoGreen Europe & Global Head of GoGreen Solutions, DHL Global Forwarding